La presión de los sistemas humanos sobre los sistemas ambientales nos ha situado ante el fenómeno de un Cambio Global a nivel planetario que surge de múltiples interacciones y procesos locales acumulativos precisamente. La intensificación en los últimos decenios de las actividades socio-económicas para conseguir bienes y servicios de los ecosistemas y el impacto sobre los grandes ciclos biogeoquímicos está provocando esta gran transformación planetaria que se caracteriza por una alteración de los grandes equilibrios de la ecosfera. Estamos ante una transformación del sistema terrestre que aglutina diferentes fenómenos que también se manifiestan con carácter global, entre los cuales destaca significativamente la alteración del sistema climático y el calentamiento terrestre.
Pero, además del cambio climático, evidenciado por el incremento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones, se presenta el fenómeno de la desertificación provocada por la variación del clima y por los cambios de usos y la sobreexplotación del suelo (por la agricultura, la artificialización y la extracción de recursos), a lo que se une la aceleración de la pérdida de biodiversidad de especies y ecosistemas. A esto habría que añadir el fenómeno de la globalización económica y tecnológica del actual “turbocapitalismo” que, además de la presión del aumento de la población mundial, se convierte en una macrofuerza motriz del cambio, en tanto que facilita el transporte y las comunicaciones con un enorme impacto ambiental y social. Y la respuesta estratégica ante este reto sin precedentes, desde el ámbito local al global, se encuadra en el nuevo marco estratégico definido como desarrollo sostenible. Un nuevo marco de referencia, un nuevo paradigma- el paradigma sostenibilista- que plantea una nueva cosmovisión y un espacio común para entender los problemas y encontrar soluciones compartidas.
De esta manera podemos formular estrategias y definir un nuevo estilo de desarrollo ecoeficiente, con un sentido de perdurabilidad a largo plazo y de corresponsabilidad entre las generaciones actuales y las generaciones venideras. Es necesario hablar de cambio global, y no sólo del cambio climático, que es quizá el fenómeno más visible, conjuntamente con otros fenómenos globales como la pérdida de biodiversidad, la desertificación y el uso del suelo, que presentan dinámicas interrelacionadas y que se retroalimentan continuamente. España es mucho más vulnerable al conjunto del cambio global y a las dinámicas interdependientes de los procesos interrelacionados Además, en España tenemos la mayor riqueza biológica del continente europeo, tanto por ser el país de transición del continente europeo al continente africano, como por tener las Islas Canarias.
Somos el país más rico del continente europeo biológicamente hablando, y en cualquier caso, perdemos biodiversidad y capital natural de una forma acelerada. De aquí la importancia de abordar con otros enfoques el valor del capital natural y la nueva economía de la biodiversidad reconsiderando el sistema económico como un subsistema que vive dentro del ecosistema global, reconociendo, asimismo que la economía es dependiente del medio ambiente, que el crecimiento indefinido es imposible en un sistema que no puede sobrepasar los límites marcados por la biosfera. Es un sistema que evoluciona, que no crece, que tiene límites, la economía tiene que aprender a integrarse en las leyes de la naturaleza y las leyes de la termodinámica, que están por encima de las leyes del mercado. ¿Vale más, pues, el capital natural?. Vale más el capital natural frente a otras formas de capital porque tiene características superiores frente al capital artificial, y además porque los bienes y los servicios ecosistémicos son indispensables para el bienestar humano, ya que proporcionan servicios de mantenimiento, de aprovisionamiento, de regulación, culturales, que afectan al en términos de salud, de relaciones personales, incluso de libertad de acción y de elección.
Y ante la actual situación de “eco-crisis”, económica y ecológica, (sistémica y civilzatoria) la nueva respuesta estratégica es más sostenibilidad para el progreso de las sociedades, propiciando un cambio del “metabolismo” de la economía real acorde con la capacidad de carga de los ecosistemas y nuevos valores éticos. Es la hora de la "refundación ecológica" de la economía en clave de sostenibilidad integral.
Que triste que el medio ambiente es lo que esta sufriendo un impacto con todo lo de la contaminacion,,,,las cuales han provocado la extincion de varios animales exoticos :(
ResponderEliminareste deberia ser uno de los recursos a los que toda la poblacion del planeta le pusiera mas atencion ya que si acabamos con los pulmones del mundo que vendria siendo la vegetacion y lo que hace especial al mundo que es la fauna y flora viviremos en un desierto y esto afectaria tanto la comodidad de la misma humanidad como las futuras obras que inspiran estos lindos detalles que PAPA DIOS NOS REGALO...
ResponderEliminarMuy importante,en nuestras manos está hacer del mundo un lugar mejor y más sano, ahora es el momento de recpacitar aportar un granito de arena, esto empieza en conciencia ambiental... Ayudemos!
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